Tu estilo de vida ya ha sido diseñado.

La verdadera razón detrás de trabajar más de 40 horas a la semana.


Este artículo fue escrito por David Cain de raptitude.com.
Bueno, estoy de vuelta en el mundo del trabajo. He encontrado una oferta laboral muy bien pagada en la industria de la ingeniería y siento que mi vida finalmente está volviendo a la normalidad luego de nueve meses de viajes.
Como había estado viviendo un estilo de vida bastante diferente mientras estuve de viaje, esta transición repentina al horario de 9 a 5 me ha hecho darme cuenta de algo que no había notado anteriormente.
Desde el minuto en el que me ofrecieron el trabajo, me he dado cuenta de que he sido mucho menos cuidadoso con mi dinero. No me he convertido en un estúpido, pero me cuesta menos sacar dinero de mi billetera. Un pequeño ejemplo. He vuelto a comprar cafés caros, incluso cuando esto no son ni la mitad de buenos comparados con los café con leche de Nueva Zelanda, ni obtengo la misma experiencia de poder tomarme mi café en un agradable patio soleado. Mientras estaba de viaje, este tipo de compras eran menos frecuentes y las disfrutaba más.
No estoy hablando de compras extravagantes ni necesariamente caras. Estoy hablando de compras en menor escala, casuales y gastos promiscuos que realmente no agregan nada a mi vida. Y de hecho, recibiré mi sueldo en dos semanas más.
Luego del viaje, me di cuenta de que siempre he hecho lo mismo cuando estoy trabajando – gastar bastante dinero durante los períodos en los que tengo un buen sueldo. Después de pasar nueve meses viviendo como mochilero que no recibe ingresos, no puedo evitar al menos, estar un poco más consciente de éste fenómeno, en la medida en la que va sucediendo.
Ahora que he vuelto a ser un profesional bien pagado, supongo que estoy gastando más ya que he vuelto a alcanzar un cierto estatus, lo cual al parecer me relaciona directamente con un determinado nivel de derroche.
Hay una sensación curiosa de poder que obtienes al gastar un par de billetes de 20 dólares sin pensarlo previamente de forma crítica. Se siente bien ejercer ese poder de gastar dólares, cuando sabes que de todas formas recibirás muchos más en el corto plazo.
Lo que yo estoy haciendo no es algo poco común en lo absoluto. Pareciera que todos lo hacen. De hecho, creo que he vuelto a la mentalidad del consumidor normal (promedio) después de haber pasado un tiempo lejos de la misma.
Uno de los descubrimientos más sorprendentes que hice durante mi viaje fue que gasté considerablemente menos dinero por mes al viajar por ciudades y localidades extranjeras (incluyendo países que son más caros que Canadá) de lo que gastaba regularmente en casa mientras trabajaba. Tenía mucho más tiempo libre, me encontraba visitando alguno de los lugares más hermosos del mundo, conociendo gente nueva y en un estado de calma y paz, mientras lo pasaba increíble y de una u otra forma, gasté menos de lo que gasto trabajando de 9 a 5 todos los días, en una de las ciudades más baratas de Canadá.
Pareciera que pude comprar mucho más por cada dólar mientras estaba viajando. ¿Por qué?

La cultura de las cosas innecesarias 
Aquí en el oeste, el estilo de vida de gastar dinero en cosas innecesarias ha sido deliberadamente cultivado y promovido en público por las grandes compañías. Empresas pertenecientes a todos los tipos de industrias tienen gran responsabilidad en la fuerte tendencia de los consumidores de ser descuidados con su dinero. Las firmas buscan alentar al público a realizar compras casuales o no esenciales cada vez que pueden.

En el documental “The Corporation”, una psicóloga especialista en marketing discutió uno de los métodos que ella utilizaba para aumentar las ventas. Su equipo de trabajo, realizó un estudio en el cual se analizó el efecto que tienen las insistencias de los niños en los padres y el grado de incidencia que éstas tienen en la probabilidad de que los padres les compren un juguete. Con el estudio, se percataron de que del 20% al 40% de las compras de juguetes por parte de los padres no se hubiesen realizado si el niño no le hubiese insistido a sus padres y una de cuatro visitas a parques temáticos no hubiese sucedido. Utilizaron estos estudios con el objetivo de publicitar sus productos directamente a los niños, alentándolos a que éstos demanden e insistan a sus padres que les compren los productos.
Esta campaña de marketing representa a miles de millones de dólares que han sido gastados por acciones similares.
“Puedes manipular a los consumidores haciéndolos querer ciertas cosas y por lo tanto que quieran comprar tus productos. Es un Juego”, afirmó Lucy Hughes, co-creadora de “The Nag Factor”.
Este es sólo un pequeño ejemplo de algo que ha sucedido por un largo tiempo. Las grandes compañías no ganaron sus millones de dólares promoviendo honestamente la virtud de los productos que ofrecen, sino que lo hicieron creando una cultura que influyó a millones de personas que compran mucho más de lo que necesitan y que intentan deshacerse de su falta de satisfacción a través del dinero.
Compramos cosas para intentar subirnos el ánimo, para estar tener lo mismo que el vecino, para completar la visión que tenemos desde niños sobre cómo será el ser adulto, para publicar nuestro estatus al mundo y por muchas otras razones sicológicas que poco tienen que ver con el verdadero uso del producto a comprar. ¿Cuántas cosas tienes en tu bodega o garaje que no has utilizado durante el último año?

La verdadera razón detrás del horario de trabajo de más de 40 horas a la semana. 

La herramienta que han utilizado las grandes compañías para mantener este tipo de cultura empresarial es plantearla como si fuera el estilo de vida más normal. Bajo estas condiciones de trabajo, los empleados se ven obligados a construir su vida en las tardes y durante el fin de semana. Este tipo de horario, nos fuerza a tener muy poco tiempo libre, lo cual provoca que nos inclinemos naturalmente a gastar una gran cantidad de dinero en entretenimiento y productos y servicios.

Si bien volví al trabajo hace unos pocos días, ya me puedo dar cuenta de cómo estoy automáticamente eliminando ciertas actividades de mi vida tales como caminar, hacer ejercicio, leer, meditar y escribir.
La única similitud notoria entre este tipo de actividades es que cuestan muy poco dinero (o nada), pero consumen tiempo.
De pronto, me doy cuenta de que tengo mucho más dinero y mucho menos tiempo, lo cual significa que tengo mucho más en común con el típico trabajador norteamericano de lo que tenía meses atrás. Mientras estuve en el exterior, no me pregunté dos veces si pasar el día recorriendo un parque nacional o leyendo un libro en la playa. Ahora, veo ese tipo de actividades como algo imposible. Hacer cualquiera de ellas implicaría utilizar un día de fin de semana, los cuales ¡son mis días más preciados!
Lo último que quiero hacer cuando vuelvo a mi casa luego de trabajar es hacer ejercicio. Es también la última cosa que quiero hacer después de comer, antes de irme a dormir o cuando me levanto en las mañanas, y ese es todo el tiempo que tengo libre durante los días de la semana.
Este parece ser un problema que tiene una simple respuesta: Trabaja menos para así tener más tiempo libre. He comprobado que puedo vivir un estilo de vida que me hace sentir lleno y realizado, con menos dinero del que estoy ganando hoy en día. Desafortunadamente, en la industria en la que trabajo y en muchas otras esto es casi imposible. O trabajas 40 o más horas a la semana, o no trabajas ninguna. Mis clientes y contratistas están inmersos en la cultura de trabajo estándar, por lo cual pedirles que no me pregunten nada después de la 1 pm no sería algo práctico, incluso aunque fuera capaz de convencer a mi empleador de hacerlo.
El día de trabajo de 8 horas de duración fue desarrollado durante la revolución industrial en Inglaterra durante el siglo 19, como un método que buscaba proteger a los trabajadores que estaban siendo explotados mediante jornadas laborales de 14 o 16 horas diarias.
A medida que la tecnología y los métodos fueron avanzando, los trabajadores de todas las industrias fueron capaces de producir mucho más valor, en una cantidad menor de tiempo. Si bien lo lógico sería pensar que esto conllevaría a jornadas laborales más cortas, la calendarización de 8 horas de trabajo por día genera demasiados beneficios a las grandes industrias, lo cual no se debe a la cantidad de trabajo que los empleados pueden hacer en ocho horas (el empleado promedio de oficinas logra trabajar solo 3 de las 8 horas) sino que los convierte en un público de compradores felices.
El hecho de permitirle a los empleados tener poco tiempo libre implica que la gente tenderá a pagar más por conveniencia, gratificación y cualquier otro tipo de alivio que crean que pueden comprar. Los mantiene viendo la televisión y sus comerciales. Los hace perder cualquier tipo de ambición fuera del trabajo.
Hemos sido conducidos a una cultura que ha sido diseñada para hacernos sentir cansados, hambrientos de satisfacción, dispuestos a pagar grandes sumas por obtener conveniencia y entretenimiento y lo más importante, hacernos sentir vagamente poco satisfechos con nuestras vidas para que así, continuemos queriendo las cosas que no tenemos. Compramos en exceso ya que siempre sentimos que nos falta algo.
Las economías del oeste han sido construidas calculadamente de forma de fomentar la gratificación, adicción y los gastos innecesarios. Gastamos para subir nuestro ánimo, para recompensarnos, para celebrar, para arreglar problemas, para mejorar nuestro estatus y para aliviar nuestro aburrimiento.
¿Te puedes imaginar que pasaría si todos dejáramos de comprar cosas que no necesitamos y que no agregan ningún valor duradero a nuestras vidas? La economía colapsaría y no se recuperaría nunca.
Todos los problemas que han sido bien publicitados incluyendo la obesidad, contaminación y corrupción, son los costos de crear y mantener una economía de trillones de dólares. Para que la economía se mantenga “saludable”, América debe continuar siendo poco saludable. Las personas saludables y felices no sienten que necesitan más cosas de las que tienen, y eso quiere decir que no compran mucha porquería, no necesitan tanta entretención y no terminan viendo una gran cantidad de comerciales.
La cultura de trabajo de ocho horas al día es la herramienta más poderosa de las grandes empresas para mantener a la gente en este estado de falta de satisfacción en el que la forma de arreglar cualquier problema es comprando algo nuevo.

Puede que hayas escuchado acerca de la Ley de Parkinson. Se usa comúnmente en referencia a la utilización del tiempo: Mientras más tiempo te den para hacer algo, más tiempo te tomará hacerlo. Es increíble todo lo que puedes lograr hacer en veinte minutos, si es que veinte minutos es todo el tiempo que tienes para hacerlo. Sin embargo, si tuvieras toda la tarde, probablemente te tomaría más tiempo.
La mayoría de nosotros tratamos el dinero de la misma manera. Mientras más generamos, más gastamos. No es que repentinamente necesitemos comprar más sólo por que estamos generando más, sino que podemos hacerlo y por lo tanto, lo hacemos. De hecho se nos hace bastante difícil evitar aumentar nuestra calidad de vida (o al menos, nuestro nivel de gasto) cada vez que nos dan un aumento de salario.
No creo que sea necesario escaparse del sistema e irse a vivir al bosque pretendiendo ser sordomudo, como fantaseaba Holden Caulfield, sin embargo, podríamos con certeza mejorar en cuánto a lograr entender lo que las grandes empresas quieren que seamos. Ellos han estado trabajando por décadas con el objetivo de crear millones de consumidores ideales y han acertado. Al menos que seas una excepción, es muy probable que tu estilo de vida ya haya sido diseñado.
El consumidor perfecto es aquel poco satisfecho pero esperanzado, poco interesado en desarrollarse personalmente, acostumbrado a ver televisión, a trabajar a tiempo completo, a ganar una cantidad de dinero justa, a intentar lograr satisfacer sus necesidades durante su tiempo libre y lograr vivir.


Make a Lasting Impression in Under 5 Minutes

In just 14 Ideas


Most entrepreneurs expect to find themselves at networking and industry events at least a few times per calendar year, if not per month. But far too many promising conversations turn into one-sided pitches punctuated with a business card.
Before you head out to your next event, why not practice a more thoughtful approach to conversation with a like-minded stranger? You might even end up with a new business partner, customer, investor, or friend.
 Here are 14 ideas to try:

1. Ask a thoughtful question.

Ask something that will get a unique conversation started. Instead of "What do you do?" ask, "What do you hope to take away from this event?" Or ask them what they think of a new idea you have. People remember having an interesting conversation.--Caitlin McCabe, Real Bullets Branding

 

2. Listen.

Most people launch right into their pitch or chitchat. You'll make a more positive, memorable impression if you allow the other person to speak first or if you pose an open question and then listen attentively to the answer. The more the other person talks, the better a conversation partner you're perceived to be. My grandfather used to say there is a reason you have two ears and one mouth--use them accordingly.--Lindsey Pollak,Millennial Workplace Expert

 

3. Ask what you can do to help.

When meeting someone new, a great strategy is to quickly get a sense of what he or she does, and then immediately look for ways to help that person. Ask, "Can I make an introduction to so-and-so?" or "Would it be helpful if I connected you with X?" Far too many people look at networking as a way to get things. By approaching it as a way to give, you'll forge great relationships with tons of amazing people while paying it forward.--Brittany Hodak, ZinePak

 

4. Give them a reason to remember you.

I find that one of the most important things you can do during the first five minutes of meeting someone is give them something to remember you by. At a business event, they may meet many individuals, but when you make a strong and memorable first impression, your new acquaintance will remember you the next time you reach out.--David Schwartz,EMMDeavor (DBA Qruber) & Wireless Watchdogs


5. Focus on quality, not quantity.

Show genuine interest in the conversation. Write the event name on their business card, then follow up within 24 hours. Go for quality of connections rather than the quantity of business cards you collect by the end of the night. Business cards aren't going to get clients at the end of the day, but connections and strong relationships will.--Erik Severinghaus, Simple Relevance

 

6. Ask what makes them happy/excited/lose sleep.

… Anything but what they do. Networking events can end up like an elevator pitch on a time loop. Stop the cycle by asking about something unrelated and see where the conversation takes you. And listen!--Alexis Wolfer, The Beauty Bean

 

7. Remember their name and story.

Business events are an excellent way to grow your professional network by meeting in person with other professionals. You never know who you will meet and how you two may work together in the future. I have met some incredible people at events; folks who have been extremely instrumental in my success.--Lane Campbell, Syntress SCDT

 

8. Clearly define what you do best.

Have your elevator pitch ready to roll. Try to make it interesting and deliver it with passion. Be proud and excited about what you do and make the message clear and sticky.--Vinny Antonio, Victory Marketing Agency

 

9. Tell a story.

Be authentic and tell a story. Stories are the best way to create a metaphor and allow other people to understand the type of thinker that you are.--Ryan Shank, Mhelpdesk

 

10. Smile and make eye contact.

People make judgments within the first seven seconds or so of meeting you, and that's statistically around the point at which they start tuning out if you don't engage them. Smiling at them and making sincere eye contact shows them that you're warm and interested in speaking with them. These tiny gestures will set the stage for you to engage in a meaningful conversation.--Darrah Brustein, Network Under 40/Finance Whiz Kids


11. Say their name.

Say their name. Everyone likes to hear the sound of their own name and it helps you form a connection. That, matched with solid eye contact and a firm handshake, creates a positive first impression.--Ashley Mady, Brandberry

 

12. Send an intro email on the spot.

It's 2014! I don't get the value of business cards anymore. Anytime I meet someone and they try to end the conversation with "Here's my business card …" I stop them, pull out my phone and ask them to enter their email address. After that, I send them a quick intro email and boom! We're connected. While it's a little awkward in person, it has exponentially increased the amount of follow-ups I get after meeting them the first time.--Mike McGee, The Starter League

 

13. Talk about your passions.

Tell them about your passions and ask them about theirs. This can be as simple as saying "So what is it you're passionate about?" after the typical "here's what I do" back and forth. This tends to catch people off guard in a good way, and allows them to either wax poetic about the aspect of the work they love, or something outside their work to which you may have a connection. Either way, it helps build the relationship.--Colin Wright, Asymmetrical Press

 

14. Compliment them.


Make sure that your appearance and demeanor radiate health and energy. Be genuinely interested in the people you meet; ask them questions about themselves and try to find something on which to compliment them.--Vladimir Gendelman, Company Folders Inc
"First impressions only happen once. If you are looking for a job; your resume helps you to get the interview, but your actitude helps you to get the job."


25 do's and dont's

Social Media Etiquette for 

Business: 25 

Do’s & Don’ts.



Over time, social networks have evolved almost as much as the ways people and businesses are using them. With constant evolution and daily growth, it can be tough staying on top of the best practices that come from experience. What’s even harder to do is to fully understand all of the little nuances that act as unwritten etiquette rules that run these networks. 
However, the more comfortable you become with social media, the more you drift away from remembering that it’s still about business too. A favorite quote of Travis Balinas (the person who wrote this article) comes from his friend Jason Falls:
The more sales oriented you are, the less human you become. In today’s world, that often equates to fewer sales or at least a poor long-term sales strategy. The more human you are, the less businesslike you become. If you forget about business in that existence, you will suffer as well. It takes one to fuel the other.

Over the years, these 25 do’s and don’ts will change as well, but for right now, this is the best starting point for social media business etiquette.

1) Have Your Social Media Profiles Completed in Full
No one likes to get to a Twitter page only to find out that they haven’t taken the time to upload a photo to their account. Photos are a good start, having a name that is easily identified as being you and your business is a must, and take that extra 5 minutes to fill out all the “about you” information. First impressions are important and lasting. What do your social media profiles say about you?


2) Don’t Have Multiple Profiles
Just as hard as it is to try and live two separate lives. This doesn’t mean that everything is all or nothing and you have to live your life as an open book. But it does mean that if you’re going to be on a particular network that you familiarize yourself with the security settings so you can know what you’re posting publicly and privately, or both.


3) You Are What You Tweet…and Share
The internet is now the track record of your life. Don’t share something that you don’t want to be left as a representation of you. But don’t let this stop you from making yourself known on issues and things that matter. Having no voice pertaining to certain things that your business stands behind could be worse than a few people disagreeing with your own beliefs. Be proud of who you are and represent as a business, but make sure that you know what image you’re crafting as a result.


4) Social is Still about Relationships
Automating certain aspects of your social media updating can be good for both continued social media engagement and for your own time of day. For example, OutboundEngine customers enjoy automated social media updates to their business pages about a dozen times a month. This keeps fresh content in front of their clients and frees up their time throughout the day. But with this, they’re still able to post on their own, tweet, share, and communicate with their audience, and encouraged to do so.


5) Don’t Try to be Everywhere All the Time
If you have a few free hours everyday, then by all means, try every social network out there. But let’s be realistic, that’s not the case. Don’t spread yourself too thin. Pick one or two social networks for starters and go from there. Built a personal profile on LinkedIn and a Facebook Business Page.


6) Be a Friend to Get a Friend
See someone ask a question on Twitter that you know the answer to? Send them a reply! Is one of your Facebook friends asking for a recommendation for a realtor? Recommend your friends Business Page. Did you write a helpful post on your blog? Ask for feedback from your LinkedIn network. Build connections online just how you would in person.


7) Don’t Be Needy
Seriously, don’t do that! No one likes someone who is needy. Don’t ask your Twitter followers to “retweet this tweet please.” Don’t beg your Facebook friends to come “Like” your page. Get creative, you can create an amazing picture with your logo of course and share it. You can still accomplish those tasks, but learn how to disguise them.


8) Be Wary of Spam (and Don’t Be Spammy)
Just because you get a follower on Twitter doesn’t mean they’re a real person. Do your homework. If they’re following 20,000 people and have zero followers, chances are they’re garbage. And please don’t click on any links they might send to you. On the other side of that coin, don’t join 20 groups on LinkedIn and go post the same self-promotional message in all of them, and then leave. That’s just rude!


9) Transparency is the Ultimate Form of Trustworthiness
Should you run into an issue that causes a flurry of activity on social media, the worst thing you can do is try and hide from the issue. Never delete comments, try and respond the best you can, and don’t become defensive. Work to resolve the issue and let those that cared about it online know when it is solved.


10) Have a Direction for Your Sharing, Don’t Be All Over the Place, and Build Consistency
Find a direction and stick to it. People don’t like having the rug pulled out from underneath them when it comes to what they are expecting.

11) Don’t Over Share
At that same token of consistently, don’t over-share. With Twitter, you can tweet a half dozen times per day and be fine. With Facebook Business Page, once a day should be enough. The same goes for LinkedIn too.


12) Avoid Poor Grammar and Spelling
Nothing makes you look sillier than bad grammar and spelling. Word of advice: prepare your social media updates in a Word doc before going public just to make sure.


13) WHY ARE YOU WRITING IN ALL CAPS?
ARE YOU MAD AT ME? DID I DO SOMETHING WRONG? Please for the love of all things holy stop with the all caps. All they say is that you’re not creative and probably upset about something.


14) #Don’t #Abuse #Hashtags
Hashtags are a good way to help get your tweets and Facebook posts categorized with similar content so when someone searches for that keyword, they find you. This does not mean that you turn every word into a post a hashtag.


15) Stop Sharing The Same Message Again And Again
It’s definitely lazy and in poor taste to take the same status update, tweet, or LinkedIn post and continue to share it over and over again. First of all, all social networks are smart enough to see the repetition and they’ll start showing your post to less and less people. Secondly, it’s just a bad way to label yourself as lazy and spammy.


16) Stay Away From Auto-DM’s
As you learn more about social networks, you’ll learn about things other people do and tools that they use. When the time comes and you think you should send new Twitter followers an automated direct message (DM)….please don’t. It’s tacky.


17) Engage in Constructive Introspection
Always ask yourself “does anyone care about this except me?” and you’ll really find out whether or not your social media posts are hitting the mark. Again, this goes back to listening first, posting second. Make sure you’re sharing things that your audience cares about.


18) Share Without Any Intention of Getting Something in Return
Remember this especially if you’re just starting out. Just because you’re doing something on social media, doesn’t mean it matters yet. Just like starting out with your business, things were slow at first until you made connections, built up a reputation, and got a handle on things. Same goes for your social media accounts.



19) Be Generous and Give Credit When Credit is Due
This is especially true on Twitter. Nobody likes it when you steal a good update. Take the time to find their Twitter handle and mention them in a tweet. Send out thank you tweets to people whose work you enjoy. You’ll make some great connections.


20) Match the Right Content to the Right Network (and be Mindful of the Tone of Each Network)
Just because you’re on Facebook, LinkedIn, and Twitter and you find a really cool article to share, doesn’t mean that it belongs on each network. You’ll learn in a short time what sort of things get shared on each network. You’ve also got to realize that the same message you used on Facebook might need to be dressed up a little bit more when shared to LinkedIn. Keep the tone of each network in mind as well.


21) Don’t Automate Across Platforms
Twitter has a feature that allows you to share your tweets to Facebook, simultaneously. You can also tweet out your LinkedIn status updates as well. Stay away from this multi-channel messaging feature and you’ll be fine. Take the extra 30 seconds it takes and write an original message for each channel.


22) Act How You’d Like to be Treated
If you find it annoying when a Facebook Business Page continually posts updates about their store hours or if you follow a Twitter account that continually send out the same tweet in all caps, remember not to do the same. It’s just good to keep in mind.


23) Think Before Tagging
Tagging people in photos is a great way to expose you and your business to their friends. When they’re tagged in a photo posted by you, you’ll be shown to their network of friends. But please, always check with someone before you tag them in a photo or check them in with you on a social channel.


24) Don’t Get Caught Up in the Numbers Game
It’s so painfully easy to get caught up in the numbers game but remember this: while having lots of Facebook Fans and Twitter followers is good, they’re only as good as they’re makeup. Meaning, if you have 1,000 Twitter followers that are all spam accounts, then there’s no point to tweeting because the message is to an audience that truly doesn’t exist.


25) Have Fun
Remember how social media started as a way to keep in touch with friends and family? Just because you’re using it for your small business doesn’t mean that you should stop having fun with it. Try new things, post different stuff, and always keep things conversational. Have fun with it and you’ll learn that you can enjoy this part of your job.
And with that, I wish you all the best of luck and feel confident that you are all well equipped to start your journey to becoming a socially thriving small business.




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