"El tiempo es como el viento: si lo utilizamos adecuadamente nos llevará a cualquier destino".
Lothar Seiwert.
El Tiempo es un valioso capital:
1. Aprovechar el tiempo. Combatir a los ladrones de tiempo.
El tiempo no se puede incrementar y transcurre de forma inexorable. El tiempo es vida y es un bien de un extraordinario valor. Si se carece de unas metas claras y organización solo se puede desarrollar un 40% del propio potencial. La gestión del tiempo implica una organización consciente del propio capital de tiempo y ayuda a alcanzar las metas sin estrés y ganar margen para el ocio y la creatividad.
El primer paso para emplear su tiempo de forma eficiente es identificar a sus ladrones de tiempo. ¿Qué actividades o circunstancias le arrebatan constantemente tiempo valioso sin proporcionarle ningún resultado significativo que lo compense?
"Si quieres tener éxito, encuentra tus límites". Charles Agustin Sainte-Bewe.
2. Fijarse objetivos motivadores.
El primer paso de una buena gestión del tiempo es fijarse unos objetivos. Plantéese qué quiere conseguir en un periodo de tiempo determinado, y determine con qué medios le gustaría alcanzar su objetivo. Es importante que mantenga un control constante de este proceso, ya que puede ser necesario realizar modificaciones.
Fijar objetivos concretos en el ámbito profesional y personal no es fácil en absoluto. No se contente con aspiraciones generales: plantéese en concreto lo que le gustaría conseguir en los próximos cinco años y en los próximos doce meses. Defina unas medidas precisas que le permitan acercarse a sus objetivos.
Determinar las medidas necesarias para hacer realidad sus deseos es tan importante como la propia definición de los objetivos. En primer lugar sus puntos fuertes y débiles para determinar cuál es el mejor camino para usted. Divida los proyectos de más envergadura en pasos separados y abarcables, establezca prioridades y fije los plazos.
Trabajar de forma eficiente significa resolver en el escaso tiempo disponible los asuntos que proporcionan resultados especialmente relevantes. Es ya sabido que el 20% del trabajo (bien hecho) proporciona el 80% de los resultados. Esta regla del 80/20 se denomina también principio de Pareto.
3. El núcleo: la planificación del tiempo.
El registro por escrito es un pilar fundamental de la planificación. Anote por escrito su plan del día, la semana o el año. De esta forma adquirirá una perspectiva general, sus actividades estarán más centradas y orientadas a objetivos y podrá comprobar los resultados obtenidos.
La unidad más manejable de toda planificación del tiempo sistemática es el programa diario. Por tanto, planifique diariamente sus actividades por hacer y los plazos. El método ALPEN, le ayudará a ganar tiempo cada día para sus asuntos personales importantes.
La gestión del tiempo significa planificar el tiempo disponible. Una minuciosa planificación de unos pocos minutos le permitirá al final ganar tiempo, ya que sus recursos estarán orientados a un fin.
4. Establecer prioridades y delegar.
Elabore una lista con todas las tareas por hacer y ordénelas según su prioridad, tomando en consideración la urgencia y la importancia. Aténgase a este orden y no se deje distraer por tareas que surjan repentinamente.
El análisis ABC es una valiosa herramienta para el establecimiento de prioridades. Las tareas A son las tareas centrales para el desempeño del puesto de trabajo propio y no se pueden delegar. Las tareas B también son importantes pero se pueden delegar (parcialmente). Las tareas C consumen la mayor parte de la jornada de trabajo aunque su aportación a los objetivos fijados es muy reducida.
La delegación es un principio crucial para una buena gestión de tiempo. Una buena delegación requiere dos aspectos: la disponibilidad a delegar (querer) y la capacidad de delegar (poder).
El principio de Eisenhower:
5. Planificación diaria y organización del trabajo.
La actitud con la que aborda su trabajo y la forma como empieza el día pueden tener una gran influencia en su éxito. Si aborda su trabajo con optimismo y concentración, reconocerá y resolverá las tareas importantes. Por este motivo, de vuelta a casa debe cerrar la jornada laboral también en su mente para poder disfrutar de su vida privada.
Nadie puede trabajar con el mismo grado de concentración todo el día: la curva de rendimiento, en la que influye el biorritmo, tiene altos y bajos. No trate de realizar las tareas A durante los "bajones" de rendimiento; antes bien, planifique su día tomando en consideración su curva de rendimiento personal.
Las horas sin interrupciones son muy importantes; son momentos en los que nadie le molesta y puede por tanto concentrarse en las tareas de mayor importancia.
Y cómprese una agenda del año en curso.
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